martes, 26 de agosto de 2008

CoRRESPONDANCE TO MY SELF.Travels. 8.

CORRESPONDANCE TO MY SELF.
TRAVELS. 8.


MARBELLA, 11 de abril de 1988.
Salida desde Madrid en Iberia.
Vuelo de las 9pm y 45 min a Málaga.
El avión se movió un poco, aunque todo estuvo bien a pesar del dolor de oído que no me dejaba tragar, me dieron agua y un caramelo, en estos casos las gotas no son recomendables.
La pasamos bien en el aeropuerto mientras esperábamos el equipaje... Buscándole parecidos a todas las personas que allí se encontraban.
Llegada al hotel, Puerta Romana , a las 3 pm. Lo que cuente será poco por lo bello que nos ha parecido...
3.25 min. de la madrugada, acabamos de llegar del Casino, Gilberto se ganó en un ratico, 225000 pesetas, o sea 2350$>75000 Bs. aproximadamente. Me regaló 50.000 pesetas hoy , no se cuántas me regalará mañana... nos hemos divertido muchísimo.

Estamos llegando del pueblo de Mijas, un pueblo donde no llegan los carros , porque sus callecitas son estrechas hasta para ir de a pié. Los taxis-burros son de lo más pintorescos, apenas pudimos pasear en ellos, pues una suculenta cena nos esperaba y los paseos los dejamos para después.
Las playas de Puerto Vanús, son el frío escenario para tres o cuatro valientes cuarentonas en topples, que con sus "lolas caídas", dudo que entusiasmen a alguien, no lo sé.
Yo soy la que me escribo, para recrear el recuerdo, leer con calma la historia contada...
Hemos comido Luvina en sal, un plato de primera categoría, las cenas son muchas y muy buenas.
Las noches de Marbella transcurren entre fiesta y fiesta y terminan en el casino, donde Gilberto ha tenido una suerte enorme, ha ganado un dineral.
La gente de BBDO/PVA contentos, en plena aptitud de camaradería entre los meethins y las tertulias...
En las mañanas unos ricos desayunos viendo el mar desde el yacusi de la habitación, Luego la playa con su arena blanca y el agua helada que nos deja titiritando dentro de esos atuendos de La Perla.
Pronto nos vamos a Italia, un salto largo en la bota de siete leguas a la ciudad de las siete colinas. ¡Roma! ...
Y llego sin mi maleta, que se devolvió a Madrid. Que dolor se siente cuando uno pierde sus pertenencias. es como haber llegado sin las extremidades. Aunque uno se consuela diciendose que son cosas materiales, que pueden reponerse, pero no es cierto, la herida queda, se tarda mucho en olvidar...
Tres días en este caso, donde el lloro se confunde con la risa, viendolo todo y consolandose en las maravillosas tiendas de la Via Condotti, Via Frattella, con la moda en el top de la elegancia y esta vez con unos precios muy especiales, compramos de todo.
Plaza España y sus punck, hippies, estables e inestables y más allá Mac Donals de estreno, en plena moda, con los Masserattis y los Porsches aparcados en los alrededores.
Roma vibra y la vida fluye de cada esquina, con todos los estilos, con todas las posibilidades. Nos encontramos gente conocida... Y compartimos.
El hotel de La ville, de maravilla. Y la vida nocturna a tono con nuestros deseos del momento: la diversión a la vuelta de la esquina, discotecas y L´archiluto, comidas y frutas esplendidas.
Roma, siempre acogedora, esplendoroza, que alegra nuestros corazones, donde dejaremos nuestros deseos que estarán por cumplirse: Adueñarnos de Trastévere y bailar en sus techos planos sin que nada nos interrumpa...
Roma , pensando en mis pichis, en que los regalos que les llevaba se me quedaron en la maleta. En que únicamente me quedaron la cartera y los zapatos de cocodrilo, para dejar en ellos las lágrimas del lamento.
Almorzando en esta bella terraza rodeada de palmeras. Divisando El Coliseo, con sus historias de gladiadores y de fieras. Más allá San Pietro y el Vaticano con todos sus monumentos de color ocre. Y las terracotas mezcladas con el verdor de la naturaleza, ya comenzando a ponerse el sol. Y ese vislumbre de sus callecitas, unas con escalinatas, otras llanas y así entre contrastes pasar los días deambulando para apoderarnos de toda esa grandeza que vive de siempre entre sus palmeras.
Roma siempre Roma con su río y sus Iglesias, nuestras plegarias y sus Templos, la vida allí al alcance de la mano... En una bella e piccola parola que te llega desde la Citá Antica.
Comiendo en sus "Ristorantes", siguiendo el ritmo de la "Piazza Spagna".
Te recorderé siempre por tu alegría, por tu gente, tus sonrisas, tus palmeras, tu verdor, y tus pájaros negros-grises, el único degradé que pude ver en sus plumas.
Afortunadamente, ha llegado la maleta, no falta nada, arrivederchi Roma.

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