Cada día, resulta ya monótono, subir y bajar de los aviones, pasar por las diferentes aduanas.Y la confusión con los pasaportes. Ese bajar y subir, se ha convertido en una rutina muy fastidiosa. Así llegamos a Beirut.
Los problemas con nuestros pasaportes continúan, ya somos unos expertos en convencerlos de que nos sellen y nos dejen seguir. El mimetísmo ha tomado fuerza y cada vez estamos más especializados, diría yo.
Afuera, el embajador de Venezuela, nos espera junto a su esposa. Una pareja muy simpática. Ella, se encantó con los anillos de esmaltre que llevabamos puestos Beatríz y yo, los que habíamos comprado en Thailandia. Me los quité y se los regalé.
Eso ocasionó problemas, pues Diego, le reclamó a Beatriz, que debería haber sido ella, la del gesto. Beatriz, le contestó que ella no era regalona como yo y mucho menos con esos anillos, que había que zanquear el mundo, para encontrarlos. Allá yo, que era pendeja.
Eso ocasionó problemas, pues Diego, le reclamó a Beatriz, que debería haber sido ella, la del gesto. Beatriz, le contestó que ella no era regalona como yo y mucho menos con esos anillos, que había que zanquear el mundo, para encontrarlos. Allá yo, que era pendeja.
Nos dejaron en el hotel, para que nos instaláramos. Nos esperaban para cenar, en la Embajada.
En la habitación, tan cansados como veníamos, nos quedamos dormidos.
Diego y Beatriz, ya listos para la cena, nos despiertan y Gilberto les dice: -Váyanse, que nosotros llegaremos un poco más tarde.
-Sean puntuales, tienen media hora, es una cena._ Nos dice Diego.
A correr, a bañarnos y vestirnos, en tiempo récord. Bajamos y salímos del hotel, a buscar un taxi, peleando por la angustia y las dificultades con el idioma. Gilberto, comenta en voz alta:_ ¿cómo carajo hago ahora para decirle a este taxista que nos lleve a la Embajada de Venezuela?.
_¿A la Embajada de Venezueeelaaaa.Yo conooozco. yoo vivir Silencio, cuando geneeeral Marcos Péreeez Jimeeenessss. Montaaaar rápido que yo llevarrr rapidiiitoooo.
Las caras de Beatríz y Diego, eran un poema, no lo podían creer. _Ahí estábamos¨listos para comelnos los molos y los clistianos..."como nos dijo el chinito en la gran tienda de Mao en Kowloon.
Al día siguiente paseamos por la ciudad, notando la influencia que tenemos en Venezuela con las construcciones. Y yo que pensaba que era de España o Italia, pues no, la parte elegante de Beirut, es exacta a Bello Monte y San Bernardino y la fea a los pueblos como Tucacas. Sin descartar que tienen una funeraria en cada esquina, exibiendo los diferentes ataúdes. Y como en los pueblos de Venezuela, también hay bodegas y boticas (lease farmacias).
Las calles de Beirut son áridas, no tienen nuestro Ávila, la vegetación es xerófila como en Coro, pero con enormes cedros por todas partes, olivos y palmeras de dátiles y pistachos.
Las calles de Beirut son áridas, no tienen nuestro Ávila, la vegetación es xerófila como en Coro, pero con enormes cedros por todas partes, olivos y palmeras de dátiles y pistachos.
Con un moderno Mercedes Benz, guiado por el chofer que el embajador puso a nuestra disposición, nos fuímos a Biblos, donde se supone se originaron las primeras historias de la Biblia...
Biblos, un paisaje agreste que termina con las ruínas de la ciudad antigua y el azul intenso del mar a sus pies. También estuvimos en Balbeck y en la frontera con Siria.
No pudimos pasar, ya está comenzando una guerra, esos son los rumores.
No pudimos pasar, ya está comenzando una guerra, esos son los rumores.
En Balbeck, montada en un camello. Que emoción cuando este animal se levantó, es como si fueras en un ascensor con plataforma móvil y destapada.
El camello se encabritó y se largó corriendo conmigo encima muchos metros. Agarrada de las crines, de la joroba, desesperada, pegando gritos. Y los camelleros corriendo detrás de mí, no me alcanzaban.
Diego filmando con su cámara nueva comprada en Hong Kong, Beatriz daba alaridos y Gilberto preocupadísimo, según me comentó después. _Pensó que me habían raptado.
Corría y corría en ese camello, desesperada, hasta que surgio de la nada un Lawrence de Arabia, o del Líbano, o de Siria, que saltó desde su camello al mío y lo detuvo cómo a trescientos metros más allá.
Toda una experiencia para recordar. Cuando el camello paró al final de las ruínas, con el mar azul intenso por un lado y por el otro, el final de los cedros y olivares con su verde aceituna y el comienzo del Desierto sin fin. ¡Estaba viva!
Toda una experiencia para recordar. Cuando el camello paró al final de las ruínas, con el mar azul intenso por un lado y por el otro, el final de los cedros y olivares con su verde aceituna y el comienzo del Desierto sin fin. ¡Estaba viva!
Por la noche fuímos al Casino du Líbano. El show más bello que hemos visto. Todo un espectáculo, con acróbatas cayendo del techo pintados de dorado, enormes camellos, elefantes y tigres. Un espectáculo circense con un gran despliegue de técnicas y además, Charles Aznavour como la estrella invitada. cantando.
A nuestro lado, sentado en la mesa el artista italiano que filmo la parodia de James Bond "James Tont" comiquisima, me le quede viendo. El me miro y me peló los ojos. Tambien habia una gran cantidad de famosos.
Ya nos acercamos a nuestro destino en este meteórico viaje: El Congreso Mundial de Turismo en Ankara y las reuniones con los ministros turcos, fieles seguidores de Kamal Ataturk.
Continuará Travel Around the World 6.
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