miércoles, 23 de abril de 2014

Cartas desde Beijing, 6.





Notas de China,6.
 Mes seis de 1992.

 Aeropuerto Narita, faltan once horas hasta New York, me tocó un buen asiento , voy cómoda, cruzo el Pacífico, regreso triste.
El vuelo es tranquilo, finalmente comeré. ¡Escogí el menú occidental que me sabe a gloria!.
Llegue a Nueva York. Después de hacer la aduana, tomé un taxi rumbo al hotel, me quedé dormida...¡Que emoción despertar y ver tu rostro sonriendo!.

New York, el mundo de lo moderno, todo lo nuevo, un solo happening que a tu lado es lo máximo.

Que bueno que puedo contarte las experiencias que traigo de este viaje a Beijing y Xian.
Que bueno que te cuento que toqué el orígen de la historia y conocí al "Hombre de Pecking", que estuve en el comienzo del "Camino de la Seda" donde Marco Polo y tantos otros hicieron los trueques del Mito.
Intercambiaron sedas, pólvora y fideos por camellos, mantos de tisú y tronos de malaquita...
Que ni montada sobre los cuarenta elefantes del poema de Rubén Darío, sería capaz de describir el peso de la historia con los ojos abiertos y la sonrisa pasmada por la grandeza del hombre.
 Por lo que nos deja su historia.

Aquí y ahora oyendo jazz en el Bronx, recordando la música de la Opera China tan diferente y lejana.

Me escribo, te cuento y les cuento para llegar al centro que seguirá rodando para captar el conocimiento.
Viéndolo todo con diferentes ojos, saboreando el Mandála que nos llega siempre en medio de una historia contada, contándose.

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