Notas de China.2.
Mayo 25 de 1992.
Paseo en bicicleta, siento la brisa sobre mi rostro y me confundo entre tantos y tantos chinos. La diferencia es que no llevo velo para protegerme de los vientos monsones, todos van limpios y organizados, las mujeres con sus velos de colores sobre el rostro y la mayoría vestidas de la manera occidental, con sus medias de nylon. Muy elegantes se dirigen a sus trabajos. Son nubes de personas en perfecta armonía.
Van prósperos por las calles, no se chocan ni se atraviesan a los carros.
La ciudad se ve limpia, sin estruendos de cornetas y la pobreza no se nota a menos que husmees en los "hutones" en la ciudad antígua. Entre las callecitas angostas cada hutong es compartido por varias familias y ahí si te das cuenta del volumen de personas que comparten esos lugares.
Se ve mucha gente en las calles, hasta la hora del "Fan". La hora del medio día, en que todo se paraliza para comer. Nadie sale a esa hora.
Me interesa esta ciudad, quisiera entender lo que hablan, se ven amigables y la mayoría me sonríe.
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